Cinco sitios para comerse el fin de semana a bocados (y a buen precio)

Este restaurante que bebe de influencias norteamericanas, europeas e israelíes debe su nombre al famoso templo del pastrami neoyorquino, propiedad de la familia Katz, de la que David Bibi (el dueño) es miembro. En sus mesas se puede desayunar, comer, merendar y cenar; son deliciosas sus carnes ahumadas, elaboradas de forma artesanal con recetas y técnicas propias de su familia. El clásico pastrami o el pastrami de pollo son platos estrella de la casa. También hay hummus, nachos y sabrosas ensaladas. Para empezar la jornada ofrecen tostadas de pan de masa madre como la de Guacamole, huevo duro y salsa holandesa, ricos pancakes y tentaciones como la tarta de queso Donosti. Recomendable probar las borekas, empanadillas de masa muy fina típicas de Oriente Medio. Dirección: Gabriel Lobo, 24. Precio medio: 22 euros.

Autor: AMAYA GARCÍA
EL MUNDO